Llegaste agonizante
pidiendo oportunidades
llegaste contemplando otros dolores
sintiéndolos tuyos, ahogándote aún más
dispuesto a tenerlos para salvaguardar aquello por lo que te fuiste
pediste a gritos que esa sombra te cubra con su oscuridad
que esas grietas sólo se hallaran en tu corazón
y que esa mirada ya no te fuera tan esquiva
tan punzante y dolorosa como un disparo
¿para qué más ruido al jalar ese gatillo?
si ya yaces entre las piedras
¿para qué más ruido?
si ya olvidaste la sonrisa de aquel que también voló
pero antes que tú
¿para qué más ruido?
si ya te convirtieron en polvo otra vez
si ya te escurres entre los dedos de algún niño que juega en el parque